Gracias a Dios y a los actos de intercesión que se han realizado tales como los clamores por la ciudad, En alguna medida, se cumple los prescrito en 1 Tim. 2:1-4, en especial la segunda parte del vro. 2.

Esperamos en Dios que en los próximos años se formen y consoliden redes de intercesión locales con este fin y se desarrollen a Asociaciones ministeriales locales en cada ciudad. 

  Una necesaria reflexión y examen de la obra hasta ahora. 

Puesto que no podemos ocultar una verdad evidente por sí misma y aun a pesar del descontento y renuencia en admitir las condiciones internas de la iglesia que le impiden el ejercicio de su autoridad recibida por el Señor Jesucristo, por parte de algunos pastores y líderes, sobre todo de los "absalonitas" y de las "jezabelitas", nos es necesario presentar la realidad que debe motivarnos a un arrepentimiento genuino, a un cambio de mentalidad y de intenciones en general que permita una acción conjunta de volver a Dios, a Su palabra escrita, a vivir sus normas y principios; entonces veremos Su obra en la ciudad y en el país. 

Ya por algunos años se ha venido escuchando mucho sobre la guerra espiritual estratégica como un elemento importante en la extensión significativa del evangelio. Hoy en día se habla de evangelismo masivo y de metodologías mercadotecnistas para que "los pastores" puedan "hacer crecer sus iglesias". Sin embargo, es necesario mantener una actitud analítica mensurada y bíblica para poder enfocar adecuadamente el asunto a fin de no caer en exageraciones religiosas que no aportan en nada al avance del evangelio.

No se trata de cuestionar la validez del asunto, pero si de ser objetivos, ya que los acontecimientos a nivel mundial marcan una pauta significativa que debe obligar a los maestros y teólogos de la guerra espiritual e intercesión, de la ministración y liberación, de la sanidad interior, del evangelismo masivo e iglecrecimiento acelerado y temas a fines, a revisar los conceptos propuestos y las técnicas sugeridas a las congregaciones ya que no se está viendo progresos importantes más allá de encuentros, congresos, y demás actividades intra eclesiásticas, que no trascienden a la comunidad sino solo en casos muy aislados y que siguen de manera alarmante la corriente de este mundo que desembocará en los pies del Anticristo.

Por tal motivo, nos hemos propuesto la investigación y aplicación lógica de verdades sencillas y efectivas de la Palabra de Dios en relación con el rol sacerdotal histórico y profético de la iglesia en nuestra ciudad. Estos son algunos de los antecedentes que nos llevan a un replanteamiento del tema de la guerra espiritual estratégica, de la intercesión, de la sanidad interior y de la toma de ciudades, partiendo de la información recibida y discernida de la cartografía espiritual de la ciudad.

Comparativamente con el crecimiento de la población de la ciudad de Guayaquil, el crecimiento de la obra evangélica, revela aspectos significativamente importantes para tener una clara idea sobre la calidad de la obra evangélica en la misma, su nivel de impacto y las condiciones actuales para iniciar otro proceso evangelístico y discipular masivo pero que involucre un movimiento de intercesión y acciones sacerdotales proféticas estratégicas.

Guayaquil es una ciudad que ya experimentó un despertar durante el final de la década de los 50, y como resultado del movimiento de oración por el país a causa del asesinato de los cinco misioneros en el Oriente ecuatoriano en manos de los Huaoranis, antes Aucas, en el 55, de tal manera que la obra experimentó un significativo impulso, extendiéndose a nivel nacional. Al menos un 60 % de las congregaciones en el país surgieron a raíz de este evento.

Sin embargo, no ha habido un crecimiento real ya que hasta el 2002 era en promedio, entre el 4 al 5 % de la población, y esto a pesar de la alta proliferación de congregaciones evangélicas que se da sobre todo en Guayaquil. Aunque se ha crecido numéricamente hasta promediar el 8% de la población para el 2003, aun no se logra avances significativos debido a las condiciones morales, espirituales y a la ineficiente formación discipular de los creyentes.

Investigar el porqué no se desarrolló y creció el movimiento entre 1960 y 1964, permite determinar una realidad social que evidencia la pobre influencia de la iglesia debido a su casi ausencia de autoridad socio espiritual por acentuadas discrepancias entre la doctrina bíblica, lo que se predica y enseña, su aplicación y lo que se demuestra en actitudes y acciones contrarias a la norma bíblica.

Debido a la acción investigativa de los medios de comunicación social y su divulgación pública, por todos es conocido que nuestra sociedad actual está siendo amenazada, entre otros problemas, por:

Como salió publicado en el suplemento titulado ¿En qué fallamos? en un diario local[1], el cuadro sico social ecuatoriano es pesimista, depresivo y con patrones de conducta social masoquista, egoísta, rebelde, anárquico y estoicista, sin mencionar el incremento en la pérdida de valores éticos y morales en la sociedad ecuatoriana.

Sin considerar que estos aspectos, sobre todo, la anarquía, la inmoralidad, la desconfianza, atacan las bases de la sociedad y de la iglesia: la familia. El tema de por sí es muy complejo por las implicaciones sociales, sociológicas, sicológicas, etc. que aquí me enfoco en una línea específica que se relaciona con lo espiritual y lo conductual en el contexto del "liderazgo" religioso evangélico.

Esto está provocando reacciones muy preocupantes:

De continuarse bajo las condiciones, espirituales, morales y éticas actuales con un imperante énfasis religioso en las campañas masivas sin discipulado, el porcentaje de evangelizados no discipulados, aumentaría a un preocupante 30 a 40 % de la población hasta el 2010[2], si no llega el Señor antes por Su iglesia, llegando a un punto crítico y peligroso de inestabilidad social, ya que no solo son resentidos sociales sino también espirituales y provocará un serio endurecimiento al mensaje del evangelio.  

Lastimosamente, la pastoral, hace caso omiso del mensaje del Espíritu por las Escrituras, tanto que incluso, los hechos sociales que son presentados por los medios, ni siquiera provoca la menor reflexión sobre el porqué de esta realidad. Se interpreta esta situación socio espiritual como un motivante para emprender campañas o programas de evangelismo masivas o iglecrecimiento acelerado como el de la actualidad, sin que ni siquiera se haya intentado poner en orden los más elementales aspectos de la vida espiritual, familiar y social de la pastoral.

Es conocido que en Latinoamérica la iglesia evangélica está proyectada a crecer hasta un 80 % de la población a escala continental. Esto fue declarado  por algunos evangelistas de masas a mediados de los 90's. Hoy en día (2004) no se ha llegado ni siquiera a un 30% efectivo. es muy probable que en América del sur haya un 12% a un 17% de evangélicos. Pero es muy seguro que "evangelizados", es decir, quienes hicieron una decisión por Cristo y no han sido discipulados por falta de un proceso efectivo y un compromiso de vida genuino, supere el 32%. Por ejemplo en Perú se proyectó para el 2003, 13.69% partiendo de un 6.8% en 1993. Prácticamente una duplicación de miembros en 10 años. Pero lo que debe ser considerado son las tasas de crecimiento demográfico y evangélico. Esta última debe ser mayor que la primera para que se pueda decir que se está cumpliendo la gran comisión".  Tal crecimiento aplicado a la ciudad, significa un dramático cambio en todo aspecto dentro la iglesia. Y en las actuales condiciones eclesiásticas, las congregaciones -y sus pastores en especial- en la ciudad no tienen la capacidad espiritual; moral, ni la estructura ministerial de soporte y respaldo; ni los recursos humanos adecuados y calificados para manejar conversiones masivas promediando tan solo el 1 % mensuales de la población local con una retención, consolidación e incorporación al ejercicio ministerial corporativo de, al menos el 75 % del total de convertidos.

Puesto que la tendencia de crecimiento de la población de la ciudad es de duplicarse cada diez años, es muy probable que para el 2010 o 2015 la población de la ciudad sobrepase los 5,000,000 de habitantes, y a menos que ocurran cambios muy profundos y significativos en la iglesia:

No se logrará una evangelización efectiva, ni si quiera del 25% de la población de la ciudad.

 

EL PROBLEMA CENTRAL

Ahora, el punto importante es, que no se trata de que una iglesia esté creciendo, o que lo sean cinco en la ciudad. Considerando los aspectos protocolarios del mundo espiritual, y la manera en que pecados, actitudes y declaraciones dichas por miembros en responsabilidades directivas de la iglesia son utilizadas por las huestes de las tinieblas, el crecimiento eclesiástico estará, necesariamente restringido, tanto en cantidad como en calidad por acusaciones en contra de la iglesia presentados ante el actual tribunal de Dios y haciendo efectiva la oposición a la obra del Espíritu Santo a favor de los creyentes y de los que aun no son salvos, Jn. 16:8-11, porque la maldad cometida en una congregación, afectará, necesariamente a toda la iglesia en la ciudad, sin restricción de tiempo o espacio, Lev. 4:3, 1 Cor. 12:26-27, por lo que, la actual situación de la obra evangelista y discipular está siendo directamente afectada por las acusaciones que el “anatema” dentro de la iglesia, sobre todo a nivel ministerial, a traído sobre la ciudad dejándola en el estado descrito en Ecle. 9:14.

El crecimiento de las iglesias, tal como se lo ha presentado, es un crecimiento aparente, es decir, durante determinado periodo de tiempo la congregación promedio crece hasta llegar a rebasar las capacidades de seguimiento y discipulado tanto del pastor como del equipo de trabajo del mismo, generándose un ambiente de inconformismo o fatiga por parte de los miembros, comenzándose a cuestionar seriamente la probidad ministerial o la validez metodológica, dándose en cualquier momento o una división o una deserción de miembros y la consecuente apertura de “otra iglesia o ministerio”.

Y puesto que el dios de este siglo es un estratega, “anda buscando a los creyentes que, por su ministerio” puedan serle más efectivos para oponerse al avance del reino de Dios, por lo que especial interés pone en aquellos en funciones ministeriales elevadas, y en la ciudad los pastores le han sido objetivo especial, sobre todo por razones que son causales de las condiciones deprimentes en las que se encuentra el ministerio pastoral en la ciudad ya que se le otorgan derechos jurídicos al dios de este siglo para presentar demandas acusatorias de carácter opresivas y resistivas contra aquellos siervos sanos, estables, limpios y rectos a fin de inutilizarlos o disminuirlos en su capacidad ofensiva espiritual. Esto debido a las condiciones y estados mentales y emocionales que implica lo afirmado en 1 Cor. 11:19 y otros textos: una conducta divisionista que revela un estado emocional y mental esquizoide, es decir, una casi completa alienación y descomposición de la personalidad del individuo debido a la presencia del pecado que lo desintegra internamente, separándolo de sí mismo, del prójimo y de Dios, deformándolo y acentuando una mentalidad diabólica de arrogancia, egoísmo y vanidad, adquiriendo las mismas intenciones del diablo de “querer ser como Dios”, independiente de El. Se sufre de una esquizofrenia espiritual de terribles consecuencias, ya que se ha perdido la “humanidad espiritual”, desarrollando una naturaleza animal y diabólica. Por otro lado, esta condición mental y emocional, determina una conducta sectaria contenciosa que se caracteriza por el fuero pastoral con el que dominan en la congregación.

Se ha llegado, por este estado de cosas internas, a una proliferación de Ministerios, Misiones, Asociaciones, independientes, en condiciones de individualismo, figurativismo, preeminencia y anarquía por la proliferación de personas con estas características de tal modo que un trabajo conjunto por la ciudad, no ha sido posible hasta ahora, a pesar de importantes eventos motivacionales que se han realizado.

Sin exagerar, ni con una actitud crítica mal sana, sino siendo objetivos y ecuánimes a fin de determinar la línea de acción que Dios nos determina para Guayaquil, pero esta es la realidad de la obra en la ciudad: se tienen muchas organizaciones evangélicas con líderes bajo esta descripción que refuerzan la división de la iglesia y la inefectividad de la labor puesta en evidencia por varias ocasiones en eventos masivos en los últimos años.

Por lo que el mayor obstáculo que encuentra el Espíritu Santo a Su labor, no lo recibe de las huestes de maldad; no son las obras de las tinieblas las que muy significativamente impiden el avance del reino de Dios en la ciudad y en el país, lo constituye los derechos espirituales que la iglesia le ha otorgado al dios de este siglo y a sus secuaces por pecados, actitudes, intenciones y declaraciones carnales cometidas a nivel ministerial, y es tal esta terrible realidad que las formas discernibles de corrupción social, política, moral, etc. se deben directamente a la forma de pensar, de sentir y de actuar corrompida y perversa de muchos seudos pastores.

Como se sostiene, no importa el proceso evangelístico y discipular que se aplique en la ciudad, sin redimir, cancelar y anular estas maldiciones y sus efectos en la misma y sobre todo en la iglesia, el resultado del tal proceso será deficiente y no será posible un  “despertar” como el esperado, sino que solo se logrará un conversionismo masivo o cambio de religión sin que haya ocurrido el nuevo nacimiento.

 

EL PLAN DE ACCIÓN

Ante esta situación, todo esfuerzo que cualquier ministerio u organización emprenda, prácticamente está destinado al fracaso[3] debido a la presencia de pecado en el pueblo por los “Acanes” que han logrado colocarse en el ministerio. Esto ha dado lugar a que los genuinos siervos de Dios (que en Guayaquil no pasan los 30) se vean seriamente afectados en la autoridad espiritual confrontativa, disminuidos en su capacidad de discernimiento, dubitativos en cuanto al mantenimiento de la disciplina y el orden dentro de la congregación, llegando a ser seriamente cuestionados por otros miembros en condiciones menos comprometidas, cayendo en una condición de “obediencia condicionada a intereses extraños”. Por lo que, al emprender cualquier acción que tenga como objetivo una evangelización masiva con resultados efectivos, será necesario, primero, remover estos obstáculos que tiene la obra y el tratamiento de estas ataduras es a un alto nivel ministerial, requiriéndose:

Es decir, se requiere trabajar para lograr las condiciones necesarias y suficientes para que el Señor, por Su Espíritu Santo, restaure los cinco ministerio sobre los cuales edifica Su iglesia en apego estricto a las condiciones necesarias y suficientes según las Escrituras y no de acuerdo a criterios de “ministros de fama internacional”, aun a pesar de que se argumente a favor bajo el criterio de “la multitud de consejeros”.

La base de la estrategia para el trabajo que permita condiciones propicias para la ejecución de procesos masivos en la ciudad se resumiría en los siguientes pasos:

  1. La generación, formación, consolidación y afirmación de núcleos congregacionales de intercesión que desarrollen una mentalidad corporativa identificándose con el cuerpo de Cristo en la ciudad mediante la implementación de un programa de cobertura al ministro y su familia en términos bíblicos.

  2. La extensión del radio de acción espiritual de estos núcleos de intercesión hasta llegar a involucrar a la mayoría posible de congregaciones y ministros bajo cobertura en distintos sectores de la ciudad, promoviendo su integración mediante la formación de unidades pastorales y/o asociaciones ministeriales.

  3. La consolidación e integración de estos núcleos en redes locales y simultáneamente el fortalecimiento de las unidades y/o asociaciones ministeriales formadas hasta integrarlas en conjuntos unidos e identificados con la ciudad y el concepto de cuerpo de Cristo en la misma, siendo plausible la formación  de una Asociación ministerial de la ciudad que asuma el liderazgo conjunto de la dirección del proceso.

Estos tres pasos constituyen el trabajo denominado BASE DE INTERCESIÓN PROEVANGELISTICA ECLESIÁSTICA y da paso a la ejecución del proceso masivo de evangelismo con resultados altamente efectivos y permanentes.

En este punto el trabajo de intercesión adquiere el matiz de apostólico y profético y el Espíritu Santo posiciona a aquellos descritos en Ecle. 9:13-16, en “sitios” estratégicos de guerra espiritual a nivel de la ciudad. Los siguientes pasos ya son el proceso en sí mismo:

  1. Un Conjunto ministerial que provea de cobertura espiritual, logística y jurídica al proceso y a sus componentes ejecutores y una Red de oración vinculada y dependiente de dicho Conjunto integrada por grupos de intercesores en ejercicio sacerdotal profético de muy alto nivel que proveen cobertura de oración a los miembros de la Asociación y a la iglesia de la ciudad así como mantienen una frente de intercesión confrontativo de alta efectividad, Efe. 4:11-16, Mat. 16:18, 1 Ped. 2:9.

  2. Esta acción lleva a que la iglesia se transforme en lo que es la voluntad de Dios para cada ciudad en el continente: una columna y baluarte de la verdad, 1 Tim. 3:15.

Un ejemplo bíblico que describe cómo es el proceso a implementar se encuentra en el periodo de restauración del servicio de la casa de Dios en los tiempos del rey Ezequías, 2 Cro. 29; constituyéndose en una lección y especificaciones operativas que se resumen en el N.T. en  1 Tim. 2:1-4; en el cual se expresa lo que Dios quiere para los no creyentes; expresa lo que debe ser prioritario para la iglesia: una intercesión buscando que esta voluntad específica se cumpla. Esto se traduce en resultados tangibles: transformaciones sociales debido a transformaciones espirituales.

Además, se debe recordar que la pauta de acción en este tipo de planes evangelísticos masivos e integrales lo estableció el Señor Jesús cuando ejercía su oficio sacerdotal intercesor por Sus discípulos cuya oración la registra Juan en el cap. 17, marcando una secuancialidad de acciones que permiten un resultado efectivo en la evangelización: vro. 17: Santidad vivencial, que se traducirá en una forma de vida de integridad que llevará al creyente al siguiente estado: vro. 21 a: Unidad visible de los miembros del Cuerpo de Cristo en la forma en que se apoyan, cuidan y exhortan mutuamente, lo cual traerá un efecto consecuente: la labor “evangelizadora del Espíritu Santo” no será obstaculizada sino acelerada: la gente creerá y se convertirán al Señor Dios viviente.

Es evidente una cosa: la verdadera unidad de los creyentes no se la conseguirá sin una vida de santidad sobre todo de quienes están sirviendo ministerialmente, reflejándose en una evangelización y discipulado efectivo.

Es necesario recalcar que la estrategia evangelística y discipular tiene que ser tal que despliegue y revele la sabiduría de Dios especifica para Guayaquil y para cada ciudad, de acuerdo a lo dicho en Efe. 3:10; esto significa que lo que el Espíritu está haciendo en otra ciudad o país, no significa que se lo deba aplicar aquí, sino, dónde quedaría la manifestación de la “multiforme sabiduría de Dios”? Lo que hizo y cómo lo hizo en otra generación, no significa que sea un estricto modelo para las siguientes. El intentar aplicar rígidamente lo que El Señor hace en otra ciudad o hizo en otra generación, sería ofensivo al ministerio del Espíritu; y no permitir que Dios muestre lo que le tiene a la ciudad, que dentro de Su multiforme sabiduría debe ser único, sería muy inconveniente.

Que el asunto es de suma importancia y gravedad, lo es, por cuanto, de mantenerse la iglesia en las actuales condiciones, y en especial el  cuerpo ministerial en general, en lugar de un “avivamiento” para la ciudad, lo que le está reservado, estrictamente a la iglesia,  es un periodo de juicio y “santificación bajo fuego intenso”, es decir, tiempos de duras pruebas y persecuciones, a fin de refinarla y prepararla para la cosecha, porque de que va, ..., vá!

Esta labor está presentada en el documento: Fundamento, proceso y ejecución de una labor masiva de evangelismo y discipulado que contiene:

Escríbanos por email para intercambiar opiniones y edificarnos mutuamente. No creemos tener la "verdad absoluta" sobre el tema, ni haber recibido "la revelación más profunda  de Dios" sobre el asunto; buscamos en las Escrituras lo que el Espíritu de Dios nos quiere enseñar sobre la voluntad del Padre Eterno y la manera de hacerlo. Le rogamos que nos indique el nombre de la congregación, ministerio, tiempo en el mismo y relación con un proceso masivo a:

guardianesenlosmuros@yahoo.es


[1] El Universo, 2da. Sección, enero 21 del 2000.

[2] Esto equivale a por lo menos 1,500,000 de acuerdo a las proyecciones de crecimiento poblacional del INEC

[3] Se considera fracaso al crecimiento de una congregación que no provoque cambios dramáticos en su comunidad o que no se pueda, después de tantas actividades elograr un crecimiento más rápido que la tasa de crecimiento urbano.


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